Deixo nesta entrada o texto dun artigo de ciencia publicado na prensa, no que se trata de maneira científica o que lle sucede aos globos cheos de helio que escapan ao ceo:
"¿A quién no le ha ocurrido? Acabamos de comprar un globo de esos brillantes y enormes rellenos de helio que encandilan las mentes infantiles. Se lo ofrecemos a un pequeño que, en ese instante, convierte su cara en una única y enorme sonrisa, pero… horror, suelta la cuerdecita y la ilusión sale volando por los aires. No hay consuelo. Los argumentos a esgrimir no convencen: que si se va a ir con las estrellas, con el sol, con los pájaros, que lo cogerán desde algún avión…
Lo damos por perdido, irrecuperable, pero seguro que el niño seguirá imaginando, convencido hasta la médula de que será capaz de encontrarlo una vez haya caído al suelo o cuando se haya quedado incrustado en el mismísimo universo. Pero… ¿y si su convencimiento no estuviera tan desencaminado? ¿Y si pudiéramos saber el punto exacto donde el fugitivo globo terminará su viaje?
Precisamente en esa labor ha estado trabajando el alemán Patrick Glaschke, que ha desarrollado un software capaz de simular dónde van a parar los globos que se les escapan a los niños. Por supuesto, su investigación tiene aspiraciones más "serias", como son calcular con la mayor exactitud posible las trayectorias de globos de observación, monitorización de la contaminación, el tráfico, etc...
A partir de los datos meteorológicos de la zona, el programa realiza una estimación de la trayectoria que seguirá el globo. Además, en su estudio experimental ha demostrado que un globo de helio, en condiciones óptimas, puede ascender a más de 10 kilómetros de altura, permanecer en el aire más de 24 horas y recorrer una distancia de hasta 3.000 kilómetros.
No obstante, por lo general, la vida media de un globo está entre las dos y cinco horas, y en ello influyen de manera decisiva las condiciones meteorológicas y el viento. De modo que pueden hacer que globos que partieron del mismo lugar acaben en lugares muy distantes entre sí.
Un final explosivo
¿Pero qué ocurre realmente según asciende? El globo se irá hinchando y o bien se mantiene flotando durante unas horas a pocos kilómetros de altura donde van perdiendo helio y acaba cayendo al suelo o no es capaz de resistir la diferencia de presión entre su interior y la atmósfera, por lo que terminará explotando convertido en una multitud de brillantes tiras.
Gracias al software desarrollado por Glaschke será mucho más fácil saber dónde acaban. No hay que restar méritos al invento, al menos por curioso pero, sinceramente, si a su hijo se le escapa un globo, lo mejor será que opte por comprar otro y que asegure su cuerda. La opción de buscarlo puede resultar demasiado complicada..."
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